martes, 17 de agosto de 2010

Mi maestro

Aparte de Michael Jackson- cuyo trabajo en el mundo del mimo fue tan grande que decidió vivir la mimez en cara propia- uno de los mimos mas importantes del mundo entero fue mi maestro Pepe Delfín, con quien tuve el gusto de compartir clases durante el duro invierno de 1967 al 1969, una eternidad que no le recomendaría a nadie.

En la foto que ilustra este homenaje lo vemos cuando fue sorprendido tratando de enseñarle -a cara pelada- la técnica del mimo a un niño que casualmente lo había reconocido y se aprestaba a pedirle un autógrafo, ejercicio con el que no pudo continuar porque habían aparecido los padres del niño, quienes tomaron la foto con mucho disimulo.

Casualmente ese dia los estudios Walt Dysney habían enviado a dos importantes estudiantes de sus sets de ventas de sandwiches y tortas a aprender algo con el, quienes aprovecharon la volada y se sacaron la foto, sino ni aparecían. Aparte no aprendieron nada.

Con el Maestro Delfin aprendí que cualquier idiota puede ser payaso con solo ponerse una peluca pedorra y una nariz roja y que cualquier imbécil que haga algo puede sorprender a los ignorantes diciéndoles que viene del Circo Du Soleil.

Su técnica refinada le permitia copiar todo lo que hacían los otros y hacerles creer a otros que lo inventoo el. Pero lo mejor es que copiaba de Youtube, y aun así el creía que los demás ni se daban cuenta de que sabían que el pretendía engañarlos. Todo un maestro en el arte del mimo, el disimulo, la ocultez y la obtención de dinero para el y nada mas que para el.
Me parece muy bien.
Yo no lo veo como un cagador.

Con él aprendí a pararme en le escenario.
"Quedate quieto ahí y no te muevas por 4 horas, ya vengo"-me decía con insistencia
También aprendí a moverme en el escenario.
"Carga esto, veni para acá, agarra eso, carga eso, llevo eso para allá, veni, venga, salga, entre"- me repetía todos los días de sus clases.

El Maestro Delfin resolvía rápido mis interrogantes.
En un momento le pregunte:
"¿Es necesario estar todo el tiempo en el escenario cargando y llevando cosas?"
"Esta despedido" me respondió con furia ante mi insolencia.

Entonces aprendí que su aparente hijadeputez no era un rencor oculto que el arrastraba desde su infancia como una frustración que llegaría hasta las ancianidad, sino que lo hacia para divertirse.

Recuerdo una de sus clases en la que nos sometio durante meses al rigor de un militar prusiano, aduciendo que un gordo que nos puso de JEFE era un ejemplo de profesionalismo.
Yo estuve al borde del suicidio, pero como el gordo puto renuncio antes, continue con mi carrera de mimo y mas tarde entendi el mensaje: cuanto mas mimos se hacen los hijos de puta , mas mimo me hago conmimo mismo...

Dicen que era un truhan de los que ahora no hay.
¡Mienten!
Todavia hay, solo que por suerte, ya no trabaja tanto.


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