miércoles, 21 de julio de 2010

Que hacer cuando nadie te da bola.

¿Que haces cuando estas trabajando en una plaza y nadie te da bola?¿te bajoneás?¿te vas a la mierda?.
Ponele que hay muchisima gente, domingo de mucho sol.
La gente te ve y al segundo decide ignorarte. Les haces la caja de cristal, les haces la soga, les haces el desayuno y los tipos no logran entender tu arte:un bajón.
Todo mimo autentico se encuentra siempre con este dilema: tenés ganas de mandarlos a todos a la reputisima madre que los parió pero tenés que caretearla.
¿Que haces?

Es un buen momento para contarles como logro sobrellevar este trágico momento, porque en definitiva es importante saber trabajar con la tristeza, ya que no todo es alegría, dicha, felicidad, éxito. La mayor parte de las veces -al menos para mi- todo es un desastre, amargura, decepción y falta de laburo.

No importa, yo me la banco.

Y bien, ahí va mi método: cuando nadie me da bola pienso que estoy en el Desierto del Sahara o en el medio de la Patagonia y que estoy dando un espectáculo para los espíritus. Y así, con esa cosa en mi ser interior voy haciendo como que hago cosas y no me como ninguna mala onda, porque si alguien me manda a la mierda, le sonrío como si él fuera un espíritu travieso.

Una de las tantas veces que la gente pasaba por al lado mio como si yo fuera un idiota -como los de la foto- decidí sumergirme en el trance de este ejercicio mental y llegué al Sahara de una manera tan vivida que me la pasaba viendo espejismos y alucinando cosas.

La gente dejo de pasar al lado mio y pasó a escaparse de mi, huyendo, siendo esta una experiencia muy interesante que quiero compartir con uds, queridos mimos. Espero que capten la idea.

Una vez imagine que estaba dentro de una pecera y que todos eran tiburones y ballenas que me querían comer. Hay fotos mías de ese día: en la comisaria.

Otra vez me imaginé que estaba combatiendo en Afganistán contra los Talibanes, pero la gente me preguntaba donde quedaba Afganistán y quienes eran los Talibanes.

Pero hay veces que no da para utilizar este método de creerse cosas, o bien porque no tenemos ganas o bien porque no hay tiempo.
Una vez en Napoles, Italia, en un Festival de Mimos -cuando fui a Europa a estudiar con el Maestro Delego Ylagarrigue- vinieron de la Camorra a pedirme que me fuera o me mataban ahí mismo.
Ahí por ejemplo, no me dio tiempo para pensar en lo del Sahara o la Patagonia y me fui. Tuve la mente en blanco mucho tiempo.

Los dejo porque me tengo que ir a animar un cumpleañitos.
Chau, hasta la próxima.

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